Quiénes somos y qué pedimos
BABESTU es una asociación de familiares de dependientes y de personas sensibilizadas con la atención y el cuidado de las personas mayores de Euskal Herria.
La Misión de BABESTU consiste en:
1. Asesorar y apoyar a las personas con dificultades en todo lo relacionado con los cuidados, necesidades y derechos de los mayores en la medida que lo permitan nuestros recursos.
2. Analizar la situación actual del envejecimiento poblacional, estudiar los problemas que plantea, explorar mejoras y realizar propuestas.
3. Hacer consciente, y en lo posible movilizar, a la ciudadanía en la idea de que las personas merecen una vejez en paz y con dignidad, y que es labor de todos poner los medios para conseguirlo.
4. Reclamar de las instituciones un enfoque humano, más allá del puramente económico, que permita gestionar el problema planteado por el envejecimiento progresivo de la población de una forma satisfactoria para la ciudadanía.
La visión de BABESTU es la de una asociación valorada por sus miembros, por los agentes sociales y por la sociedad en general, en su actividad para la consecución de una sociedad en la que todas las personas, jóvenes y mayores, puedan contemplar su futuro sin miedo a la dependencia, a la soledad y a la exclusión social; una sociedad que valora el cuidado como una fuente de desarrollo económico y de estímulo social, y que pone los mecanismos necesarios para que el aseguramiento de este derecho sea viable, eficiente e indefinido.
BABESTU aboga por un sistema de cuidados de larga duración:
Público
Universal
Suficiente
Con prestación directa de servicios
Generador de empleo público
Con gratuidad del cuidado
Basado en la equidad de género
Que asegure la equidad interterritorial.
PROPUESTAS DE BABESTU
BABESTU aboga por una atención a los cuidados de larga duración basada en criterios de calidad que asegure los 120 minutos al día de Atención Directa a los mayores alojados en residencias.
Creemos importante señalar como objetivo los 120 minutos de Atención Directa, porque el mero cumplimiento de las ratios de profesional por residente no cumple su objetivo si no se asegura la adecuada reposición de bajas y ausencias por parte del personal cuidador.
BABESTU exige que la atención sanitaria en residencias sea llevada a cabo por el sistema público de salud, por Osakidetza, con los medios necesarios para asegurar un médico por cada 100 residentes y una enfermera por cada 30.
BABESTU propone que el PAI (Plan de Atención Individual del residente) sea potenciado al máximo y que se exija a las residencias su realización periódica y el acuerdo explícito con el familiar y residente que señala la ley. Creemos firmemente que el PAI puede ser la gran herramienta empoderadora y de control de los familiares de residentes.
BABESTU cree necesaria la medición periódica de criterios de calidad, preferentemente de proceso y de resultado, que fomente la mejora y la competencia y que condicione la concertación.
Con indicadores y estándares como los siguientes:
Atención nocturna: ej. 1/25 gerocultor, 1/100 enfermería
Prevalencia de Úlceras de Presión: ej. <10%
Índice de nutrición en los residentes más vulnerables: ej. Residentes con desnutrición <15%
Satisfacción con PAI: ej. >75%
Satisfacción con el profesional de referencia : ej. >75%
Cobertura de bajas y ausencias: ej. >80%
BABESTU considera como objetivo final, como meta a conseguir, el adecuado nivel de atención emocional de nuestros mayores alojados en residencias y por extensión el de todas las personas precisadas de cuidados de larga duración.
Y EN ESTA ÉPOCA DE PANDEMIA SEÑALAMOS Y EXIGIMOS QUE:
La asistencia sanitaria a las personas mayores y la protección de quienes las cuidan no son una opción; son una obligación médica, ética, social y normativa.
Los profesionales de las residencias deben ser los suficientes para responder al desafío y han de disponer del material y formación adecuados para enfrentar la pandemia.
Cada una de las residencias de mayores deben contar con un plan de contingencia en época de pandemia; un plan adaptado a sus circunstancias, aprobado por las instituciones y accesible a familiares y a la población en general.
Debe establecerse un principio de equilibrio entre aislamiento, cuarentena y convivencia priorizando la salud y la atención emocional en un sentido integral.
