lunes, 21 de mayo de 2018

INTERVENCIÓN DE BABESTU EN COMISIÓN DEL PARLAMENTO VASCO, 21-5-2018

COMPARECENCIA EN EL TURNO POPULAR DE LA COMISIÓN DEL PARLAMENTO VASCO DE EMPLEO, POLÍTICAS SOCIALES Y JUVENTUD, PARA VALORAR SOBRE LA ATENCIÓN QUE ACTUALMENTE SE ESTÁ DANDO EN EL TERRITORIO HISTÓRICO DE BIZKAIA Y EN EL CONTEXTO DEL PRÓXIMO DECRETO DE CENTROS RESIDENCIALES EN LA COMUNIDAD ATÓNOMA VASCA.


EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Comparecemos en la Comisión del Parlamento Vasco de Políticas Sociales y Juventud, para valorar ante ustedes la preocupante situación actual de las residencias de personas mayores del territorio histórico de Bizkaia y la necesidad urgente de un nuevo decreto que sustituya al actual que rige desde 1998.

Desde entonces, en nuestro país se ha producido un empeoramiento paulatino de la asistencia social de nuestros mayores por distintos motivos: primero, un envejecimiento de nuestra población que ha generado un aumento del número de personas de dependencia severa y gran dependencia, de hecho, las residencias se están convirtiendo en auténticos hospitales geriátricos que requieren una atención cada vez mayor; segundo, una gran crisis económica que ha repercutido con mayor profundidad en las familias con personas mayores dependientes y pensionistas, etc.

Entendemos que las distintas administraciones públicas llegan tarde y no están a la altura de las circunstancias. La cuestión se va agudizar más todavía por el progresivo envejecimiento y ya se están produciendo situaciones de “maltrato institucional”, como expondré más adelante, inaceptables en una sociedad que se rige por la atención social para los más frágiles como un derecho universal y subjetivo, y cuyos gobiernos se vanaglorian de decir que están en la vanguardia europea en cuanto a calidad y servicio. Sirva como paradigma que la actual normativa básica para las centros residenciales se aprobó el siglo pasado, por tanto, está caduca y es muy mejorable. Asimismo, desde entonces, se aprobaron la Ley de Servicios Sociales del 2008 y la Ley de Dependencia del 2006. Por último, queremos remarcar que en el territorio histórico de Bizkaia hemos sufrido en los últimos años hechos que han quebrado la confianza en el actual modelo asistencial, hegemónicamente privado, con las huelgas en los centros residenciales, y últimamente los casos de sarna en una residencia privada en Barakaldo.

Nosotros hemos constituido Babestu como una asociación de varios centenares de familiares de usuarios de las residencias de Bizkaia que surgió para detectar los incumplimientos de la atención de los residentes, promover un modelo que no deje el derecho universal y subjetivo al albur de oligopolios y promover la participación de la ciudadanía ante un desafío de una envergadura que no puede andarse con paños calientes.

Hoy valoramos ante ustedes varias carencias detectadas por la actual normativa y nuestras propuestas para un nuevo decreto regulador que tiene que servir para dar una respuesta eficaz, sostenible y digna para nuestros familiares de los centros residenciales y que paso a exponer a continuación:

En primer lugar, pensamos que las residencias deberían de ser centros de alta intensidad muy distintos a la que se están convirtiendo. Por una parte, las residencias obligatoriamente deberían de garantizar la prestación sanitaria permanente para las personas mayores dependientes. Actualmente, el modelo no garantiza este tipo de cuidado, las 24 horas y 365 días del año, de los residentes, en su mayoría de grados 2 y 3 de dependencia.

Por otra parte, hasta ahora la normativa no exige la obligatoriedad de unidades sociogeriátricas y sociosanitarias en los centros residenciales para personas mayores. Entendemos que ambas son imprescindibles en la actual situación de perfiles de gran dependencia y diversidad que existe en los centros residenciales. Cada vez son más las personas mayores con procesos demenciales o con enfermedad mental o discapacidad intelectual con deterioro cognitivo, etc. No podemos andar con imposturas ni ambigüedades. Las residencias necesitan imperiosamente unidades de este tipo ante la mayoritaria presencia de casos de gran dependencia.

Asimismo, entendemos que en el mismo edificio en que se emplaza el centro puedan ofrecerse otros servicios a otras personas mayores de edad que puedan equipararse al colectivo por circunstancias personales y/o sociales, conforme a la normativa que resulte de aplicación a dichos servicios, pero entendemos que tiene que ser en una estructura física distinta. Ni que decir tiene que la formación de los cuidadores tiene que ser muy específica para los casos que acabo de mencionar y actualmente la administración no está regulando aquello que la situación pudiera exigir.

Les planteo una primera pregunta a los asistentes: ¿creen que su familiar dependiente está realmente bien cuidado en una misma estructura física donde conviven enfermos mentales de mediana edad? Podría haberles realizado la pregunta al revés. Hoy se están produciendo casos de este tipo, donde los cuidadores se ven desbordados y se dan situaciones que ponen en peligro la integridad de nuestros mayores y el personal.

En segundo lugar, hay otra cuestión prioritaria que nos preocupa enormente: los ratios generales de personal / residentes que regulan el cuidado de nuestros mayores. Entendemos que son muy deficientes si queremos una atención digna y de calidad. Aunque se pudiesen definir mejor las ratios y las funciones de atención en la futura normativa, el modelo no resultará válido si no toma en consideración la variable del tiempo, de una atención integral y de calidad permanente –las 24h del día y los siete días de la semana- que merecen nuestras personas mayores, que repito, en su gran mayoría son dependientes de grado 2 y 3 y transforman a nuestras residencias en auténticos hospitales geriátricos. Proponemos tablas según la dependencia que recojan y especifiquen los mínimos de ratios generales de personas / residentes para los siguientes casos: atención diurna, atención nocturna y atención de festivos.
Atendiendo a una atención de calidad y que es propia de los países más avanzados de Europa, proponemos las siguientes ratios mínimas (personal / residente) para la atención diurna de personas de dependencia severa y gran dependencia de lunes a viernes:

0,400 (4 cuidadores por cada 10 personas usuarias) para el apoyo a las actividades de la vida diaria;

0,006 (aproximadamente 1 cuidador para cada 166 personas residentes) para el trabajo social;

0,04 (1 por cada 25) para la atención de enfermería;

0,011 ( aproximadamente 1 por cada 90) para la ocupacional;

0,006 (aproximadamente 1 por cada 166) para la psicológica, pedagógica o psicopedagógica;

0,009 (aproximadamente 1 por cada 111) para la médica 

0,009 (1 por cada 111) para la fisioterapeútica.

Asimismo, exigimos que se mantengan permanentemente, atención nocturna y festivos incluidos,  las ratios mínimas del 0,400 en el apoyo de las actividades de la vida diaria y 0,04 en enfermería. Además de lo anterior, consideramos necesaria la presencia de la gobernanta nocturna también, en grandes y pequeñas residencias, por su capacidad resolutiva ante incidencias y urgencias, tan frecuentes en la atención a los mayores.

En el caso de la atención nocturna y en festivos necesitamos un decreto que regule la actual situación, alarmante y muy deficiente. Antes he hablado de situaciones de “maltrato institucional” y éste es un ejemplo  muy claro. Actualmente en los centros residenciales que hemos estudiado en Bizkaia la baja cobertura nocturna está dando lugar a situaciones de vulnerabilidad y riesgo.

Nuestra asociación Babestu ha realizado un pequeño muestreo en casi una veintena de residencias de Bizkaia de las ratios, en base a las funciones y los turnos (nocturno, diurno y festivos -fin de semana-) y los resultados, especialmente en el turno nocturno, son escandalosos: por la noche en la gran mayoría de la residencias no hay servicio de enfermería y el cuidado se basa exclusivamente en una media de 1 gerocultora por cada 42 residentes , es decir, durante el horario nocturno al menos 10 horas, un 42% de la jornada total, (sin entrar a valorar festivos) con un nivel muy bajo de cobertura. 

Hoy el turno nocturno no está proporcionando una atención digna a personas que, repito una vez más, son de una gran vulnerabilidad. Asimismo, no se puede dejar la responsabilidad de la atención sanitaria de personas de un alto grado de dependencia exclusivamente a gerocultoras o auxiliares de enfermería. Los testimonios de profesionales acreditan hechos que si salen a la luz pública pueden ser sonrojantes para quienes han de velar por los mayores. Recordemos que la atención social es un derecho subjetivo.

Les planteo una segunda pregunta a los asistentes: ¿creen que su familiar dependiente está realmente bien cuidado en turno nocturno donde hay 1 gerocultora por cada 42 residentes? ¿y es éste el futuro que nos aguarda y el de las siguientes generaciones?

En el mismo sentido, creemos que la Diputación Foral de Bizkaia debería de poner inmediatamente condiciones a la concertación, incluyendo unos mínimos en atención nocturna y festivos. Para ello sería conveniente valorar las necesidades expresadas por los profesionales. Queremos manifestar que desde BABESTU lo vamos a hacer. Asimismo, nuestra alternativa de al menos 1 gerocultor/a por cada 25 residentes y 1 enfermera/o por cada 100 va a ser una de nuestras mayores reivindicaciones.

Para acabar con el sistema de ratios que rige el modelo de atención de las personas usuarias, dos valoraciones muy superficiales dado lo ajustado que es nuestro tiempo de intervención. Por un lado, por las informaciones que nos han llegado del borrador del nuevo decreto, nos parece que no se puede equiparar la atención en las residencias de forma que sea el mismo cuidado de una persona con grado 0 (sin dependencia) que la de aquella con grado 1 (dependencia), como tampoco la de grado 2 y 3.  Sería una simplificación que no obedece a condiciones sanitarias ni de asistencia social. Por otro lado, el sistema está tan deshumanizado que las personas residentes tienen en muchas ocasiones unos horarios intempestivos, por ejemplo, levantando y limpiando a nuestros mayores a las 6 de la mañana. No, no es una praxis tan extraña y es habitual en algunas residencias.

En tercer lugar, necesitamos un modelo de calidad muy mejorable. Hasta ahora la calidad exigida es de tipo estructural. Sin embargo, un sistema de calidad y de mejora continua debería de establecer una cartera de criterios no solo de estructura, sino de proceso y resultado, que se puedan medir periódicamente y que sirvan de base para la mejora continua de la calidad. Cuando hablamos de calidad y de un modelo de gestión de la calidad no podemos obviar dos conceptos básicos:

1.     El criterio de calidad, que define aquello que se ha de ofertar al usuario, con las aclaraciones y excepciones que requiera su perfecta definición. El criterio deberá llevar aparejado un estándar, es decir el nivel mínimo aceptable.
2.     Medición periódica y plan de mejora; es decir el modelo de mejora continua de la calidad.
No nos podemos conformar en la futura normativa del sector con criterios de estructura que se dejan en el aire, aunque se mencionen requisitos funcionales.
Recordamos que los criterios de calidad pueden ser de tres tipos:
      De estructura. Ampliamente recogidos a lo largo de la normativa. Pero recordemos que la estructura no garantiza la calidad.
      De proceso; es decir, cómo se han de hacer las cosas.
      De resultado; aquellos que nos indican la consecuencia de lo que hacemos.

Proponemos varios criterios de resultado:

1.     Índice de desnutrición. Aplicando el INDICE CONUT; de fácil obtención con sólo tres parámetros analíticos; albúmina, colesterol y número de linfocitos. Proponemos como estándar no más de un 20% de desnutrición moderada o severa en residentes no terminales (a concretar)
2.     Prevalencia de úlceras de presión en fase activa, decúbito en residentes con dependencia grado 2 y 3. Recordamos que las úlceras de decúbito se pueden prevenir en un 95% de los casos. Puede ser un excelente indicador de calidad de atención. Proponemos un estándar de un 10% (ideal por debajo del 5%)
3.     Porcentaje de residentes que reciben al menos dos duchas semanales. Debe ser mayor del 95%. Actualmente se deja abierta las condiciones de higiene (“en función de sus necesidades”) lo cual es una amenaza. Hay que plantear unos mínimos exigibles. Por ejemplo, un mínimo de 2 duchas por semana.

Asimismo, proponemos a las distintas administraciones para trabajar en la definición de un plan de gestión de calidad y de indicadores de resultados; insistimos, una cartera de criterios de calidad de proceso y resultado que garanticen una atención de calidad para los usuarios de centros residenciales.

En cuatro lugar, El plan de atención individualizada, el P.A.I,  debería ser un requerimiento de obligado cumplimiento, al menos con un mínimo de periodicidad, y entregado a las familias o personas de referencia de los usuarios. Hasta ahora nunca se ha recogido esta opción. Proponemos la entrega de un informe anual con un análisis de indicadores y resultados, así como una especificación de las actividades especiales. Consideramos que el P.A.I. puede ser un elemento regulador de primer orden si se sensibiliza al familiar al respecto. Debe recoger también apartados de higiene como periodicidad mínima de duchas y limpieza de audífonos y dentaduras postizas. Debiera recoger si se precisan cambios de humedad nocturnos y su número. Es esencial desde la Diputación Foral de Bizkaia potenciar ambos aspectos y que muestre una disposición activa para actuar en los incumplimientos del PAI ante infracciones graves. 

En quinto lugar, nos preocupa que  la cualificación del personal exigida sea insuficiente, ya que puede generar discriminación y desatención institucional ante el derecho de nuestros mayores. Entendemos que determinadas certificaciones profesionales del personal pueden resultar insuficientes. Asimismo, si no se exige conocimiento de euskera alguno como cualificación para las personas profesionales que trabajan en contacto directo con los residentes y las familias se puede producir un maltrato institucional a las personas usuarias y familiares vascoparlantes, a su derecho lingüístico y una atención digna y de calidad..

En sexto lugar, nuestra asociación quiere mostrar su máxima preocupación por las obligaciones respecto al personal. Si no exige un empleo estable y de calidad se puede generar una situación de desatención a nuestros mayores que necesitan personas cuidadoras referentes de una forma permanente. En este último término, exigimos que las bajas y permisos de los cuidadores se cubran inmediatamente, desde el primer día.
Asimismo, nos preocupa que las personas trabajadoras tengan que firmar cláusulas de confidencialidad si con ello se trata de encubrir actos de mala praxis y muchos tipos de deficiencias. Debiera ceñirse exclusivamente a lo relacionado con la confidencialidad de los datos de los residentes. En este sentido, pedimos a la Diputación Foral de Bizkaia una valoración de la opinión de las trabajadoras de las residencias concertadas. No olvidemos que la Diputación puede poner condiciones a la concertación.

En séptimo lugar, pensamos que los protocolos de las residencias deberían de ser públicos y mejorables. La administración, en este caso foral, debería regularlos y asegurarse de que estén en disposición de los usuarios.

Por último, necesitamos un decreto que ponga en valor un modelo de atención para personas mayores que tenga a la participación ciudadana como un componente básico, al mismo nivel que la atención integral y centrada en la persona, la garantía de derechos y el modelo de gestión de la calidad. Necesitamos que se haga una referencia mínima a los instrumentos de cooperación, que especifique los distintos foros de participación para la ciudadanía y los distintos agentes que participan en los centros residenciales: familias, trabajadores y/o sindicatos, organizaciones empresariales y privadas sin ánimo de lucro, equipos directivos, administración, etc. Las familias de los usuarios, así como otros agentes que toman parte en la vida de los centros residenciales (trabajadores, dirección, etc.) deberían de tener el derecho a participar en el modelo de atención en los centros residenciales, tanto en la formulación de planes y objetivos generales como el seguimiento y evaluación final de los resultados de ejecución.

Nosotros, Babestu, estamos deseando cooperar y participar en cualquier foro donde los intereses de nuestros mayores estén en juego.

Muchas gracias

BABESTU

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